DESDE LAS TRINCHERAS: El Funeral de Estado

Que el actual gobierno de España no conoce la vergüenza, lo sabemos. Que su gestión de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del Covid19 ha sido desastrosa hasta alcanzar cotas de criminalidad, lo sabemos. Que ni siquiera han tenido la decencia de reconocer la verdadera cifra de víctimas que ha provocado, lo sabemos. Que imponen su ideología y señalan y machacan a todos aquellos que difieren, lo sabemos. Pero que se celebre una misa-funeral de Estado por los fallecidos por la pandemia y que no acuda el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, roza lo infecto.

               Radiotelevisión Española (“Espantosa”, según Rosa María Mateo, el incosciente la traicionó, pero razón no le falta), es decir, la televisión de todos los españoles, la que sufragamos con nuestros impuestos, no retransmitió el Funeral de Estado por cerca de 50.000 víctimas, todos ellos compatriotas españoles… ¡Eso sí que es inconcebible! Aducen ellos que era por mantener la aconfesionalidad del Estado español y que el gobierno estaba representado por Meritxell Batet (bonita, a ver si estudias un poco de protocolo. A un funeral, máxime si es de Estado, no se va en minifalda. No sé de qué os sirven los 400 asesores) y la siempre imprescindible Carmen Calvo. ¿Es que piensan estos señores que somos tontos de remate? ¿Mantener la aconfesionalidad? Si precisamente acudieron representantes de las confesiones judías, ortodoxa, islámica… ¿Dónde estaba el problema? Alguien debería explicarle a Pablito (“el marxista psicópata” según sus propias palabras) Iglesias (recordemos que Podemos es la que se hace cargo de RTVE, los mismos que barrieron a plantilla sin que les temblara el pulso para colocar a los “suyos” y convertirla en otra checa, a la que tan aficionados son) que la religión católica, por mucha urticaria que le dé, sigue siendo la religión mayoritaria en España, practicada por el 70% de la población. Y que una cifra de compatriotas fallecidos cercana a los 50.000 individuos, bien merece que hubieran asomado su (dura) jeta por los oficios. Cierto es que contábamos con Su Majestad el Rey, la Reina, las Princesa de Asturias y la Infanta, que desde luego, son mejor representación de España que aquellos otros que únicamente trabajan para menoscabarla.

               Cada día una sorpresa. Francamente, no sé que nos quedará por contemplar.