Asómbrense, queridos lectores. Ahora resulta que Putin no es comunista. Ojo al dato, que hubiera dicho un grande. No, señores, se equivocan. Rusia no es un régimen comunista. Es un régimen no democrático, pero en ningún caso es comunista y su líder, por ende, tampoco. Esta es la conclusión a la que han llegado otros comunistas, en este caso, los nuestros.
El comunismo español se retrata intentando poner distancia entre ellos y Putin. Aunque esté feo parafrasearse a uno mismo, decía en mi penúltimo artículo que nuestros queridos rojillos estaban dispuestos a perder el escroto antes que reconocer que el comunismo es un régimen tradicionalmente asesino con más de 120 millones (según cifras oficiales) de muertos a sus espaldas, un récord que haría palidecer al mismísimo Hitler.
Pues efectivamente, no han tardado mucho nuestros nauseabundos amantes de la hoz y el martillo en comenzar la contra-propaganda anti-Putin, porque claro, excusarlo a estas alturas resulta complicado. ¿Qué podemos hacer? Se lo endosamos al otro bando.
Ahora resulta que Putin (recordemos, ex-agente de la KGB, nacido y criado en la URSS de cuyos generosos pechos de leche y miel mamó hasta convertirse en su hijo; un hijo de… Putin) no es comunista sino un imperialista, fan de los zares –sí, esos mismos a los que asesinó el comunismo incluyendo niñeras, mujeres, niños y hasta el perro (aunque cuando ellos matan es siempre revolución, no asesinato)– y amigo de lo que ellos definen como la extrema derecha. Así lo aseguraron el “ministre” Garzón y el ínclito comunistilla de “haz lo que digo, pero no lo que hago”, Javier Bardem, con unas declaraciones que estaban calcadas la una de la otra. La casualidad, que es así de curiosa.
Se ve que como la inmensa mayoría de la población ya no recuerda los crímenes de Lenin o Stalin, a estos no hace falta buscarles excusa.
El caso es que Putin es un imperialista, un zarista y un fascista (mira que les gusta la palabra. Casi más que resiliente, ecosostenible y heteropatriarcado).
De esta guisa estamos cuando podemos leer en el panfleto… perdón, en el Diario Público estas afirmaciones. Más rojillos intentando desviar la atención del régimen que desean, postulan y quieren para todos, salvo para ellos mismos, claro está.
Claro, Putin no es comunista y vosotros no sois un panfleto de la izquierda más aberrante, sino que representáis al periodismo serio y riguroso. Y sois tan poco sospechosos de ser comunistas que han detenido en Polonia a uno de vuestros colaboradores, Pablo González, acusado de espiar para Rusia.
Putin es el arquetipo clásico del dirigente comunista de toda la vida. Así, en su haber, tiene la anulación de la limitación presidencial (que le permite perpetuarse en el poder), la destrucción de la libertad periodística (solo quedaban dos medios de comunicación que escapaban al control del régimen y los acaba de cerrar) y la detención indiscriminadas de ciudadanos rusos que se manifestaban pacíficamente contra la guerra (clásico entre los comunistas, que detestan la libertad, incluyendo la de expresión. No en vano una de las máximas de Lenin es la colectivización). Más de 6.000 detenidos llevaban anteayer, incluyendo a una dulce octogenaria. Imagino que hoy la cifra se habrá acrecentado.
Los países y las organizaciones que expresaron su apoyo a Putin ante la invasión de Ucrania son: Irán, Venezuela, Nicaragua, Huzies, Bielorrusia, Cuba, Siria, la Autoridad Palestina y Hamás, como pueden ver en la imagen.
Es decir, todos terroristas y regímenes comunistas de indudable trayectoria fascista, zarista e imperialista.
A estas alturas no espero de la izquierda más radical ni culturilla ni vergüenza, pero chatines, os ha pillado el mundo entero con el carrito del helado. Vuestras mentiras y excusas ya no cuelan. Sois una panda de pollinos refinados, lamelibranquios, imbéciles irredentos y sinvergüenzas cuya ideología asesina está cada día más expuesta a la luz de la verdad. Estáis entre la espada y la pared, pero yo lo celebro, porque se os acaban los gilis a los que engañar y, por tanto, la bicoca que os habéis inventado para vivir del cuento.
Nos habéis traído un gobierno detestable de hipócritas que dicen A y hacen B. Nos estáis arruinando. Estáis robando a manos llenas con vuestros chiringuitos y vuestros cargos puestos a dedo y además, intentáis censurar las opiniones libres regentando las redes sociales y comprando a golpe de talonario a los medios de comunicación de masas (con el dinero que no es de nadie, sino de todos los españoles). Jamás habíamos vivido tiempos en los que se censuraran canciones, películas, títulos de libros, cómics, palabras, etc., por resultar ofensivas para vosotros. Ríase usted de la censura franquista.
Las únicas dictaduras que quedan en el mundo son comunistas, por algo será. Alemania, país perfectamente democrático, tiene ilegalizados al Partido Nazi (Nacional Socialista) y al Partido Comunista. Y ahora que Putin saca los pies del tiesto, vosotros os agrupáis en el deleznable Grupo de Puebla y os manifestáis exhibiendo carteles que aseguran que la Unión Europea y Estados Unidos son unos asesinos, mientras alentáis a la lucha de clases permanente que únicamente vive en vuestros diminutos cerebros y en esas dictaduras bolivarianas que tanto os gustan.
Se os termina el chollo.
¡NO A LA GUERRA! ¡VIVA UCRANIA LIBRE!
P.D.- Querida Irene Montero, con respecto a tus palabras: “Las mujeres son las que más sufren los conflictos bélicos”, me gustaría señalar que son ellas y los niños los que han podido abandonar Ucrania, mientras que son los hombres de entre 18 y 60 años los que se han quedado para combatir en defensa de su patria. Aquí no cuenta la igualdad, ¿verdad, bonita? Para pedir puestos en los consejos de administración sí, pero para subirse al andamio y morir en la guerra, para eso ya están los hombres.
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