DESDE LAS TRINCHERAS: La marea facha

Se ve que en el gobierno de Sánchez e Iglesias no les gustan las críticas. Por tanto, han comenzado una estrategia de ataque que se ha contagiado rápidamente a las redes sociales y que, desgraciadamente, viene siendo muy popular entre los más intransigentes izquierdistas de nuestra querida Piel de Toro.

De tal modo, ya sabíamos sobradamente que Pablo Casado, todos los miembros del PP y, por supuesto, cualquiera de sus votantes, son fachas. ¿Qué decir de Santiago Abascal y de Vox? ¡Fachas, fachas y fachas! Fachas todos. Inés Arrimadas y Ciudadanos solo eran la derecha apestosa del tri-fachito, aunque ahora que apoyan las medidas del gobierno, puede que solo se hayan quedado en medio fachillas.

Sabíamos que fuera de las fronteras de la política hay fachorros a diestro y siniestro. Arturo Pérez Reverte, Ana Rosa Quintana o Mario Vargas Llosa, por ejemplo. Lo que no me podía esperar es que personas como Pablo Motos, Santiago Segura, Joaquín Sabina, Sherpa (cantante de Barón Rojo), Matías Prats o Sergio Ramos pasarían a engrosar las filas del fascismo. Y es que, fachas y fascistas son (somos, me incluyo ya) todos aquellos que no bailamos el agua al gobierno y nos mostramos críticos ante cualquiera de sus negligencias, oprobios o ineficacias. De este modo, imagino que muy pronto la práctica totalidad del sector sanitario español será fascista, incluyendo a sus sindicatos. Tanto como el de enfermeros, que al parecer, debe ser más facha que el propio Franco. No digamos nada de los veterinarios, cuya opinión ha sido ignorada durante esta pandemia. Ni que decir tiene que fachas son los responsables de las residencias de ancianos. Y, tras el polémico informe que han presentado, la organización que habla por boca de todas las funerarias de España. ¡Fachas, más que fachas! Mira que desmentir las 27.000 víctimas del gobierno para decir que hay casi 44.000 muertos. ¡Qué desfachatez! También las miles de personas que ya se están querellando o demandando al Ejecutivo deben ser hijos de fachas y fachorros inmundos. Del mismo modo que los militares, policías nacionales, guardias civiles, policías locales y demás miembros pertenecientes a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y operativos de emergencia. También los jueces (incluso el sector progresista), que han tenido la osadía de levantar la voz contra el Ministro Marlaska. ¿Qué podrían ser todos ellos sino repugnantes fachas? Imagino que entrarán en esta clasificación los que han organizado caceroladas o han formado parte de la manifestación automovilística en contra del gobierno. Indeseables fachas campan por doquier.

Queridos amigos, tened mucho, mucho cuidado ahí fuera, porque ha llegado una marea facha a las costas de España y parece contagiarse más rápido que el Covid-19.

A ver cuánto tardamos en dejar de ser fachas para convertirnos en golpistas.

Ay, Señor, Señor, lo que hay que ver…